El nuevo paradigma de la música
La música no está en crisis. Lo que está en crisis son negocios como la venta de CDs. La venta de música digital aumenta a un ritmo del 40%.
No es la música la que está en crisis, sino el modelo de las discográficas tradicionales, las discográficas ya no aportan valor. Hay un verdadero cambio de paradigma.
El valor que podían ofrecer las discográficas ahora se resuelve directamente a través de Internet. Veamos los cambios de la cadena de valor:
Selección del músico: En vez de seleccionar un artista por criterios comerciales, como hacen las discográficas, los esquemas sociales de recomendación y selección expresados a través de sitios de música, redes sociales, blogs, etc. seleccionan al músico.
Producción y grabación del disco: Los equipos de grabación tienen un coste aceptable y permiten grabar con la calidad adecuada. La necesidad del disco como soporte físico desaparece.
Venta y distribución: Se realiza en formato online, a través de la red.
Marketing y promoción: Los artistas a través de las redes sociales mantienen una relación más directa con sus fans. El boca a boca, la recomendación de sus amigos, es el vehículo mediante el cual los músicos se dan a conocer.
La premisa es derribar las barreras y encontrar nuevos modelos de consumo.
Un claro ejemplo de este nuevo modelo es el proyecto Liflive, a través de la orquesta L’Incontro Fortunato. Este proyecto busca que el público sea parte activa en el proceso del hecho musical, pasando de espectador pasivo a usuario activo.
L’Incontro Fortunato es una orquesta clásica cuyo repertorio se construye en torno a criterios historicistas y una serie de instrumentos originales de hace 200 años. El valor añadido que aportan está generado por los valores que ellos pretenden promulgar: romper la unidireccionalidad del hecho musical tradicional.
Su propuesta es dinamizar al público haciéndolo partícipe del concierto dándole herramientas para que pueda participar con su opinión y decisión, de manera totalmente libre, sin censura ninguna, exponiendo su opinión sin miedo, su aprobación o su rechazo. Escuchando las críticas de forma constante y mejorando continuamente para ofrecer al público lo que demande.
El pasado 28 de octubre ofrecieron su primer concierto con este nuevo modelo. Durante el mismo se podía twittear en directo, tanto la gente que lo disfrutaba en vivo como quien lo veía por streaming a través de LifLive.TV. Esas opiniones eran reflejadas en tiempo real para que todos fuesen partícipes de la opinión de los demás. Se propusieron una serie de piezas y/o movimientos, y el público decidió lo que quería escuchar. En los programas de mano tenían una serie de estímulos, información y ayuda para que, según el estado de ánimo, la gente decidiese qué le apetecía escuchar. A la finalización del concierto comentaron “cara a cara” todas las dudas, preguntas, felicitaciones, quejas y sensaciones de todos para que el proyecto mejore y crezca.
Los músicos están descubriendo que pueden ganar dinero ofreciendo su música a una fracción del precio típico y maximizando la demanda. Los intérpretes han encontrado la solución al nuevo paradigma a través de Internet, algo que los sellos amarrados a un modelo de negocios que tiene 70 años no han sabido hacer.
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