Hoy en día la gente habla y comparte muchas cosas en Internet. Nosotros como usuarios, ya estamos cansados de que las empresas hablen de lo buenas que son, que sus productos son los mejores o que ellos dan el mejor servicio.

Lo que buscamos es la opinión de las personas que hayan probado un servicio o un producto en concreto.

Lo que hay que tener muy claro es que si el cliente lo desea, dejará su comentario, sea donde sea.

Por lo cual no debemos tener miedo a tener una página web 2.0, un blog, un Facebook o cualquier otro sitio donde el usuario puede comentar o dejar su opinión.

Lo que siempre decimos es que ya que el usuario comentara, mejor que lo haga en “nuestra casa”.

Una, que enseguida nos daremos cuenta de que hay un comentarios y dos damos más confianza al cliente ya que puede comentar directamente en la “casa”.

Pero la reputación online no es solamente intercambio de comentarios y opiniones, si no gestionar estos mismos, para sacar el máximo provecho de ellos.

Primero, lo que hay que hacer es provocar que los usuarios participen y comenten, que generen conversación. Incentívalos que dejen su comentario. La mayoría de los casos, los clientes se quedan satisfechos con el producto y el servicio, pero no comparten su experiencia con los demás.

En caso de que alguien ponga un comentario negativo, lo que tenemos que intentar hacer es suavizar el mismo, al máximo posible.

Primero, contestar al cliente de la más rápida forma posible; así se sentirá atendido y sabrá que hay alguien detrás, gestionando su asunto.

Después, hay que ver que provoco esta mala experiencia y darle la solución al cliente. A los usuarios hoy en día le gusta que las empresas reconozcan sus “errores” y que le den una solución, y que sea rápido.

En resumen, lo que tenemos que hacer es gestionar nuestra reputación online de la mejor manera posible, estar encima cada día. Esto nos dará una buena imagen y al fin y al cabo, nuestros clientes satisfechos nos pueden hacer la mejor campaña de publicidad que nadie más.