La venta flash en hoteles tiene mucho sentido si el cliente repite la experiencia a precios normales. El modelo es una potente vía de promoción.
Podemos llegar a una masa muy importante de personas con un coste de adquisición de clientes controlado y sin riesgos a priori, que nos sería imposible llegar sin realizar un desembolso imposible en la mayoría de los casos.
Obtenemos una gran visibilidad que no conseguiríamos en condiciones normales y podemos tener resultados desde el primer minuto de la campaña.
La venta flash la tenemos que ver como un gasto en un canal para captar y fidelizar nuevos clientes, o darnos a conocer en un determinado mercado a través de internet. Son una oportunidad de promoción y visibilidad para nuestras compañías, no un servicio de venta directa a bajo coste.
Tenemos que conseguir que el cliente cuente su experiencia y presuma en todos los medios posibles y en especial en las redes sociales de la oportunidad que ha conseguido, pero sobre todo, que su vivencia haya sido tan positiva que vuelva, es decir, que lo hayamos fidelizado. De otra manera no tiene sentido.
Por lo tanto, si tenemos nuestra estrategia y gestión bien establecidas y comprendemos el funcionamiento de estos nuevos canales de atracción y promoción de clientes, la venta flash es muy eficiente, con un coste que tendremos establecido.
En el camino no debemos morir de éxito, ya que descuentos tan imponentes suelen tener un efecto llamada importante.
En definitiva, como cualquier canal de ventas, tiene sus ventajas si sabemos emplearlo adecuadamente.
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